
Verano de 2019, me quedo embarazada de mi angelito Gabriel, que será el detonante de mi reconversión.
Así que, como azafata de vuelo durante 10 años, la maternidad se está convirtiendo poco a poco en parte de mi vida.
¡Qué hermoso, fuerte y poderoso! ¡Inexplicable, incondicional y sin límites! Pero también es difícil… Esta dualidad perpetua, esta transformación, tanto física como psíquica… ¿estas mismas transformaciones que nos hacen dudar de en quién nos estamos convirtiendo?
Atrapados entre dos estados, sin ser lo mismo que antes, pero sin ser todavía esta nueva versión de nosotras mismas.
Como madre, mis deseos y ambiciones han cambiados.
El deseo de dejar un mundo mejor a nuestros hijos, un mundo más solidario y consciente.
La perspectiva de viajes, de esos kilómetros de distancia, y el ritmo inestable y este ritmo de vida, ya no estaba en fase con la persona en la que me estaba convirtiendome.
Como empresaria apasionada, encontré esta idea innovadora que serviría a todos los padres, al planeta, a nuestros horarios y a nuestros bolsillos.
En el invierno de 2020, otro maravilloso angelito está a punto de unirse a nuestra familia, mi hija Victoire; esto congelará definitivamente mi concepto en su nacimiento en agosto de 2021.
Poco a poco fui construyendo mi concepto, trabajé mucho y afiné cada uno de los detalles que lo compondrían… pero el 13 de junio de 2022 decidí tomarme el valor con las dos manos y finalmente crear mi empresa para lanzarme.
Pero, ¿quiénes son estos “P’tits Pioupiou”? Nada original, estos son mis dos bebés Gabriel 2 años y Victoire 10 meses, mi mejor fuente de inspiración.
Si, como yo, quieres consumir de forma diferente, intentar dejar un mundo mejor a nuestros hijos y aprovechar este concepto ético, práctico, económico y sobre todo ecológico, únete a la familia Mes P’tits Pioupiou.